El cerebro nunca descansa. Mientras dormimos, o estamos anestesiados, nuestra mente experimenta una oleada de impulsos nerviosos que se mueve sin cesar entre unos lóbulos y otros y para la que los científicos aún no tienen explicación.
La naturaleza de esta actividad cerebral espontánea es tan misteriosa que hasta ahora nadie se ha atrevido a explicar por qué tiene lugar ni cuál es su función exacta. Los impulsos, que se producen durante los momentos de reposo, se manifiestan en forma de ondas en continuo movimiento que recorren el tejido neuronal y activan y desactivan diferentes regiones cerebrales. (Seguir leyendo en la Guía para perplejos)
La naturaleza de esta actividad cerebral espontánea es tan misteriosa que hasta ahora nadie se ha atrevido a explicar por qué tiene lugar ni cuál es su función exacta. Los impulsos, que se producen durante los momentos de reposo, se manifiestan en forma de ondas en continuo movimiento que recorren el tejido neuronal y activan y desactivan diferentes regiones cerebrales. (Seguir leyendo en la Guía para perplejos)
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