Desde hace miles de años los seres humanos hemos aprovechado estas fechas para celebrar el mismo acontecimiento una y otra vez: el regreso de la luz a nuestras vidas. Persas, vedas, celtas y romanos, aztecas y tribus germanas, todos acogieron durante siglos el solsticio de invierno como el momento simbólico en que la luz comienza a vencer a las tinieblas. Días más largos y noches más cortas. Así de sencillo. Por eso os deseo un año repleto de luz para todos vosotros y los vuestros. Y también, por supuesto, feliz Navidad.
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