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La plataforma oceanográfica FLIP ( Floating Instrument Platform) es probablemente uno de los barcos más extraños y versátiles del mundo. Su estructura le permite hundirse literalmente en el mar y quedar en posición vertical sobre las aguas. El FLIP fue diseñado en los años 60 por la Universidad de California con el fin de realizar todo tipo de investigaciones oceanográficas. Desde entonces, su equipo ha llevado a cabo innumerables estudios sobre la altura del oleaje, las mareas o las características del agua. (Seguir leyendo) (English) Como podréis ver en el siguiente vídeo, el FLIP posee un casco de más de 100 metros de largo que una vez hundido en el agua, ejerce como ancla y estabilizador de la plataforma. Su casco dispone de varios tanques que se van inundando sucesivamente hasta conseguir que el barco se sitúe en posición vertical y parezca clavado en el agua.
Aunque el barco permanece todo el tiempo flotando, la estructura del FLIP le permite conservar la estabilidad incluso en condiciones de tormenta, dado que la mayor parte del casco sumergido queda fuera del alcance de las olas.
La maniobra de ‘posicionamiento vertical’ del FLIP tiene una duración de alrededor de 30 minutos. Como veréis en el vídeo, durante todo este tiempo, los tripulantes permanecen en cubierta sujetos a las barandillas de seguridad. Paulatinamente, lo que era suelo se convierte en pared y lo que era pared se convierte en suelo o en techo.
En el interior, todo el mobiliario del barco está sujeto a las superficies y posee un sistema que le permite girar 90 grados. Otros elementos, como los lavabos de los baños, no rotan sino que están duplicados: uno para la posición horizontal, y otro para la posición vertical. No apto para los propensos al mareo.
En 1995, el Gobierno de EEUU ofreció una importante inyección de dinero para modernizar todos los equipos de la plataforma. Actualmente el FLIP recoge datos meteorológicos en todo el mundo, aunque su principal área de operaciones es la costa oeste de los Estados Unidos.
Más: 1, 2, 3, 4, 5 / In English: The flipping ship
Gracias, Hurakanpakito
The FLIP research vessel ( Floating Instrument Platform) is the only ship in the world having the ability to flip from a horizontal position to a vertical position while at sea. The FLIP ship is designed to study wave height, acoustic signals, water temperature and density, and for the collection of meteorological data. FLIP is 108 meters long and weighs 700 long tons. According to Alan Bellows, "when in horizontal traveling mode, the long, hollow ballast area trails behind. When it reaches the desired location, the "tail" is flooded until the nose sticks straight up into the air, taking about twenty-eight minutes to reach vertical position". You can see the process in this video: Even in stormy conditions, it is as stable as a fencepost, because most of its length lies in the untroubled waters beneath the waves. During the flip, the crew stand on the outside decks. Scientists and crewmembers literally walk up the walls to stay upright. Suddenly, the aft side of the barge becomes its floor. That makes for some ingenious engineering feats in equipping its bridge, galley, crew quarters and scientific laboratory. Even its head, or bathroom, had to be constructed to operate in a vertical and horizontal position. As you can see in the video, some of FLIP's furnishings are also built so they can rotate to a new position. In 1995, FLIP received a $2,000,000 modernization. The structural build is currently excellent and instrumentation will allow FLIP to be an oceanographic powerhouse in the future. More info and sources: 1, 2, 3, 4, 5
El pez luna es una criatura gigantesca y extraña. Casi siempre se le observa nadando en solitario, centenares de kilómetros mar adentro y en dirección desconocida. Sus colosales dimensiones hacen de él el más pesado de los peces óseos sobre la Tierra: llega a medir tres metros de longitud y a superar las dos toneladas. La imagen de un pez luna junto a un submarinista nos da una idea de sus descomunales proporciones. El pez luna tiene un comportamiento absolutamente pacífico y apenas reacciona a lo que le rodea, tal vez porque su cerebro es tan pequeño como una nuez y no supera los 4 gramos de peso. (Seguir leyendo) (English) Tan escasa materia gris explica su falta de reacción a los ataques o que muera de las formas más insospechadas.
Debido a esta falta de cerebro, los enormes peces luna son como grandes asteroides flotando en el océano, pedazos de materia inerte a la deriva. Su piel es un mapa cubierto de cráteres, como el de algunos cuerpos celestes.
Curiosamente, los ingleses se refieren a este animal como “pez sol” (sunfish) por sus deslumbrantes apariciones en la superficie. Sin embargo, más que fulgurantes astros, los peces luna son como rocas sin destino. El submarinista que nada junto a ellos es como un cosmonauta flotando en el espacio.
Según el National Geographic, desde que nace, el pez luna puede llegar a aumentar hasta 60 millones de veces su peso, lo que en un ser humano equivaldría a alcanzar el peso de seis Titanics.
Cuando les vemos fuera del agua, nos sobreviene la misma sensación que tenemos frente a un barco hundido. Se diría que es un pez fabricado en hormigón, un gigante pesado y extraño.
Su nombre científico, “mola mola”, parece puesto por un niño en un arrebato de entusiasmo. Por lo visto, procede del latín mola (muela o piedra de molino), y alude a su tamaño y forma.
De cuando en cuando, algún pescador de alguna remota aldea saca uno de estos ejemplares a la superficie, y se piensa que ha pescado una bestia bíblica, uno de esos peces le hablará y le hará inmensamente rico.
A principios de siglo, los encargados del Australian Museum incorporaron a su colección un pez luna de tal tamaño que tuvieron que introducirlo en el edificio a través de una ventana mediante poleas. El tamaño de algunos ejemplares es tan descomunal, que llegan a ocupar una plaza de aparcamiento.
En algunos mares del mundo, la presencia de estos colosos es especialmente temida por los dueños de embarcaciones pequeñas. Los peces luna gustan de remolonear en la superficie, por lo que pueden suponer un auténtico peligro. El choque de pequeños yates contra estas moles de carne suele tener un resultado fatal.
La carne de los peces luna contiene neurotoxinas similares a las de otros peces venenosos de su orden (tetraodontiformes). Sin embargo, hay un hecho indiscutible: si tiene aletas y aspecto de pez, no faltará el japonés que se lo coma.
Más: 1, 2, 3, 4, 5 / English version: The Giant Ocean Sunfish
The ocean sunfish (mola mola) is the largest bony fish in the world. It is a unique pelagic fish, and specimens of ocean sunfish have been observed up to 3.3 m (11 ft) in length and weighing up to 2,300 kg (5,100 lb). Curiously, the Ocean Sunfish has a very small brain compared to its size: A 200 kg specimen may have a brain the size of a nut weighing only 4 g. It would explain their quiet behaviour and how often they get trapped into fisher nets. According to the National Geographic if it lives to adulthood, a sunfish can gain over 60 million times its starting weight: "the equivalent of a healthy, bouncing human baby growing to a weight equal to six Titanics". The images of scuba divers next to a giant sunfish gives us a better idea of their incredible size. Fortunately, ocean sunfishes float serenely in midwater. Ocean sunfish is generally thought to be solitary fish, swimming freely in the ocean alone. However, certain sightings of molas in groups of more than ten have been reported. Frequently, giant sunfishes lie inert on the ocean surface, apparently sunning themselves. Sometimes, ocean sunfishes are caught accidentally by fishers nets and a crane is needed to lift them on board. Another threat to ocean sunfish are floating plastic bags which look like their natural prey, jellyfish. Sunfish can choke as they try to swallow the bags, or slowly starve as the plastic clogs their stomach. Recently, a Gaza fisherman trapped a giant sunfish. He threw his nets into the water and was surprised when the fish got stuck in five of his nets. His catch measured 3.5 metres or 11 feet in length, 1 metre in width and weighed one tonne. Many fishers have lived the same experience, and it seems pretty impressive. Some years ago, Australian Museum acquired such a large specimen that they had to use ropes to haul it up and get it inside the building through a window. As you can see, the size of other specimens is as big as a parking place. On the other hand, giant sunfishes are an important menace for little ships. A collision at high speed can cause both injury to sailors and damage to yachts. Finally, the flesh of the ocean sunfish contains neurotoxins similar to those of other poisonous tetraodontiformes, but it is considered a delicacy by some people. More info: 1, 2, 3, 4, 5
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