La Brooklyn Superhero Supply Co. es la única tienda del mundo en el que uno puede entrar y llevarse un bote de invisibilidad a su casa. Situado en el número 372 de la Quinta Avenida, este pequeño comercio de Nueva York se anuncia como la gran tienda de suministros para superhéroes y en él pueden encontrarse los más sorprendentes complementos: desde una capa para volar hasta un kit de identidad secreta para la vida diaria.
Fabricados por los Laboratorios Bugayenko, los productos de la tienda prometen mejorar la vida del superhéroe en todos los aspectos. Por un módico precio se puede adquirir un poco de inmortalidad, una caja de antimateria o un bote de superfuerza para poner los músculos a tono. También se venden botes de elasticidad instantánea y un preparado que permite alcanzar la velocidad de la luz sin despeinarse. (Seguir leyendo)
En el caso de que uno tenga tendencias supervillanas, siempre puede hacerse con unas gafas para detectar hombres invisibles o adquirir un juego de sprays para sembrar el caos. Si el comprador es uno de eso tipos que pretende destruir el mundo, también puede comprar el caos en garrafas.
Como ya habréis deducido (y al que no, supongo que le vendrá de perlas comprar una de estas latas), la tienda es un muestrario de excentricidades para curiosos y aficionados al cómic. Pero no es sólo eso. En realidad, y como sucede con estas cosas de los superhéroes, la tienda es la tapadera de una asociación benéfica llamada 826, que trabaja con estudiantes de 6 a 18 años a los que trata de fomentar la creatividad y el interés por la literatura.
La asociación tiene sedes en varias ciudades de Estados Unidos, a cual de ellas más original, y forma una especie de red de apoyo a los estudiantes en horas extraescolares. El trabajo en las tiendas y con los chavales es realizado por decenas de voluntarios que ayudan a los chicos con sus inquietudes y publican sus trabajos para venderlos en la tienda.
La idea ha sido apadrinada por conocidos escritores como Sarah Vowell y Dave Eggers, que forman parte de la colección de artistas que se pasan por las asociaciones para charlar con los chicos y tratar de despertar su interés por la lengua inglesa y por el arte de escribir. Una tarea que va sembrando la cultura gota a gota y que, en los tiempos que corren, también parece digna de superhéroes.
Vía: Seré tu accidente. Gracias Xx
Si te ha gustado, menéalo
* Nota: Con esta entrada me despido de vosotros por unas semanas hasta la vuelta de mis vacaciones. Estaré haciendo castillos en la arena. Nos vemos a la vuelta :-)
Fabricados por los Laboratorios Bugayenko, los productos de la tienda prometen mejorar la vida del superhéroe en todos los aspectos. Por un módico precio se puede adquirir un poco de inmortalidad, una caja de antimateria o un bote de superfuerza para poner los músculos a tono. También se venden botes de elasticidad instantánea y un preparado que permite alcanzar la velocidad de la luz sin despeinarse. (Seguir leyendo)
En el caso de que uno tenga tendencias supervillanas, siempre puede hacerse con unas gafas para detectar hombres invisibles o adquirir un juego de sprays para sembrar el caos. Si el comprador es uno de eso tipos que pretende destruir el mundo, también puede comprar el caos en garrafas.
Como ya habréis deducido (y al que no, supongo que le vendrá de perlas comprar una de estas latas), la tienda es un muestrario de excentricidades para curiosos y aficionados al cómic. Pero no es sólo eso. En realidad, y como sucede con estas cosas de los superhéroes, la tienda es la tapadera de una asociación benéfica llamada 826, que trabaja con estudiantes de 6 a 18 años a los que trata de fomentar la creatividad y el interés por la literatura.
La asociación tiene sedes en varias ciudades de Estados Unidos, a cual de ellas más original, y forma una especie de red de apoyo a los estudiantes en horas extraescolares. El trabajo en las tiendas y con los chavales es realizado por decenas de voluntarios que ayudan a los chicos con sus inquietudes y publican sus trabajos para venderlos en la tienda.
La idea ha sido apadrinada por conocidos escritores como Sarah Vowell y Dave Eggers, que forman parte de la colección de artistas que se pasan por las asociaciones para charlar con los chicos y tratar de despertar su interés por la lengua inglesa y por el arte de escribir. Una tarea que va sembrando la cultura gota a gota y que, en los tiempos que corren, también parece digna de superhéroes.
Vía: Seré tu accidente. Gracias Xx
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* Nota: Con esta entrada me despido de vosotros por unas semanas hasta la vuelta de mis vacaciones. Estaré haciendo castillos en la arena. Nos vemos a la vuelta :-)
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